La úlcera terminal de Kennedy es una lesión cutánea por presión que suele relacionarse con la proximidad de la muerte de un paciente. En 1989, la enfermera norteamericana Karen Lou Kennedy publicó un trabajo en el que exponía las observaciones que había realizado como cuidadora de enfermos con patologías irreversibles. En esta investigación, describió las particularidades de la úlcera de la que, desde el Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, vamos a ocuparnos en las siguientes líneas.
¿Qué es la úlcera terminal de Kennedy?
A lo largo de su carrera profesional, dedicada a los cuidados paliativos, Karen Lou Kennedy observó que muchos enfermos terminales desarrollan un tipo específico de lesión poco antes de morir. Se trata de una úlcera por presión atípica, diferente de la que se manifiesta en pacientes con limitaciones severas de movilidad.
Las personas obligadas a permanecer durante un tiempo prolongado en la misma posición tienden a sufrir ulceraciones en la piel, sobre todo, en las áreas más próximas a los huesos, como los pies o las caderas. La presión constante sobre los tejidos reduce el flujo sanguíneo, lo que provoca un cuadro clínico de isquemia, es decir, la piel no recibe el suministro adecuado de nutrientes y oxígeno. Una de las consecuencias más habituales de esta situación es la aparición de lesiones cutáneas de distinta gravedad, denominadas escaras, úlceras por decúbito o úlceras por presión.
Aunque la úlcera que describió Karen Lou Kennedy comparte muchas características con las del grupo que acabamos de describir, su etiología y su evolución presentan notables diferencias. La más significativa es que su surgimiento suele anunciar, en un porcentaje considerable de casos, el fallecimiento del paciente.
¿Qué provoca este problema?
Como hemos señalado, la úlcera de Kennedy se identificó por primera vez en fechas recientes; por lo tanto, la bibliografía científica aún no es lo suficientemente amplia como para realizar afirmaciones concluyentes con respecto a su etiología. En todo caso, parece claro que se trata de una afección multifactorial.
Algunas teorías subrayan el origen isquémico de esta úlcera. Según este punto de vista, sus causas serían similares a las de otras lesiones por presión, solo que la patología descrita por Karen Lou Kennedy reviste mayor gravedad, es irreversible y de progresión rápida.
Otros estudios médicos, en cambio, atribuyen la úlcera a un fallo multiorgánico producido poco antes de la muerte. Dado que la piel es el órgano más grande, esta reflejaría la atrofia, previa al fallecimiento, de los órganos internos y el deterioro de las funciones vitales. Esta es la razón por la que este tipo de úlcera se denomina terminal.
Características de la úlcera terminal de Kennedy
La manifestación de estas lesiones puede variar de un paciente a otro. Por lo general, se presenta como una mácula superficial, una ampolla o una abrasión cutánea. En ciertos casos, tarda solo unas horas en convertirse en una úlcera de coloración oscura y gran tamaño.
Una sencilla exploración visual proporciona la información básica para identificar esta afección terminal. Estas son algunas de las características en las que se fijan los médicos para establecer un diagnóstico:
- Localización: El área de erupción más común se sitúa por encima del hueso sacro y el coxis. No obstante, también se han descrito casos en otras zonas, como las nalgas, los talones, las pantorrillas, los brazos y los codos. Su distribución es bilateral.
- Morfología: Los bordes son irregulares y asimétricos. Aunque las heridas pueden tener patrones y dimensiones diferentes, las más observadas son las que presentan forma de mariposa, de herradura o de pera.
- Color: En un primer estadio, la coloración puede oscilar entre el amarillo, el rojo y el morado. A medida que la úlcera progresa, adquiere una tonalidad más oscura.
- Progresión: El inicio es repentino y su progresión tiende a ser muy rápida. A diferencia de otras lesiones por presión, la úlcera de Kennedy es irreversible, inevitable y de mal pronóstico. En pacientes terminales, puede representar el indicador de un desenlace definitivo.
¿Cómo detectarla y cuál es su tratamiento?
Debido a su irrupción repentina, a su progresión fulminante y al complejo cuadro clínico en el que se insertan, las úlceras terminales son infradiagnosticadas en muchas ocasiones. Aunque sus síntomas más visibles, como ya hemos señalado, resultan fáciles de detectar, el contexto en el que se desencadenan dificulta la terapia. Esta debería abordarse desde una perspectiva multidimensional.
El tratamiento paliativo que se aplica a la mayoría de los pacientes busca, ante todo, su bienestar psicofísico y la atenuación del dolor. Ante una patología tan delicada como la úlcera terminal de Kennedy, lo importante es proporcionar al paciente alivio y confort, así como reforzar su dignidad como ser humano.
Este es el mismo objetivo que buscamos conseguir en nuestra clínica, debido a que con nuestro tratamiento el objetivo es reducir la sintomatología de las enfermedades neurodegenerativas en el paciente, así como mejorar su bienestar y calidad de vida.
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