El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa y la serotonina puede jugar un papel muy importante en su desarrollo y en el avance de sus sintomatología. Los últimos estudios sobre enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer han revelado el mal funcionamiento de la serotonina incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas.
Por ello, desde el Centro de Medicina Neuro-Regenerativa,les queremos hablar sobre qué es la serotonina y por qué debemos tenerla en cuenta en la enfermedad del Parkinson.
¿Qué es la serotonina y cómo se produce?
La serotonina es el neurotransmisor conocido como la hormona de la felicidad. Está relacionada con el estado de ánimo y las emociones. Cuando los niveles de serotonina son elevados, las personas sienten sensación de bienestar y satisfacción. Aumenta la autoestima, la capacidad de concentración y los sentimientos de felicidad.
La serotonina, además, regula determinados procesos psicofisiológicos, como el apetito, el sueño o el deseo sexual. Un déficit de serotonina puede desencadenar en la persona episodios de ansiedad, miedo y angustia. Por otra parte, los avances en la investigación científica de este compuesto bioquímico han establecido una relación con algunas enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
¿Por qué disminuye la serotonina en nuestro organismo?
El desgaste de este neurotransmisor se produce cuando usted está sometido a situaciones de estrés de forma continuada. Un ritmo de vida acelerado eleva los niveles de cortisol, ejerciendo sobre el cerebro un efecto tóxico. Al mismo tiempo, se genera un déficit de la serotonina que puede desembocar en un estado generalizado de ansiedad.
¿Cómo afecta el Parkinson a la producción de la serotonina en nuestro cuerpo?
El Parkinson viene, en muchos casos, asociado a trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión. Esto es debido a los cambios cerebrales que se producen en el área del cerebro encargada de controlar el estado de ánimo.
La enfermedad de Parkinson y otras enfermedades neurovegetativas reducen la cantidad de neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. Aunque también puede ocurrir que la disminución de los transmisores sea consecuencia de la situación generada por la propia enfermedad.
Síntomas de la enfermedad de Parkinson
Los síntomas más comunes son temblores en las extremidades, movilidad enlentecida, fatiga constante y alteración postural. A medida que la enfermedad se desarrolla, el temblor se extiende a todo el cuerpo, incluso cuando la persona está en reposo. También aparece la rigidez en rueda dentada y la marcha festinante.
¿Cómo tratar los síntomas del Parkinson?
Hay distintas formas de afrontar los síntomas y paliar los efectos y los síntomas de la enfermedad de Parkinson con la finalidad de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes. Una combinación de todas ellas dará como resultado el retraso en la progresión de la enfermedad, así como la mejora de su estado de ánimo y humor:
- Apoyo psicológico para ayudar en los procesos depresivos.
- Realización de ejercicio físico moderado de forma periódica.
- Contacto con la naturaleza y actividades al aire libre.
- Aumentar la socialización con personas del entorno.
- Controlar las horas de sueño.
¿Es la serotonina clave en la detección temprana de la enfermedad?
Un estudio del King’s College London en Reino Unido demostró en 2019 que las neuronas transmisoras de la serotonina están involucradas en la enfermedad antes, incluso, de la aparición de los síntomas motores.
Estas neuronas se ven afectadas (en determinados casos) en estadios iniciales de la enfermedad de Parkinson. El déficit dopaminérgico se manifiesta posteriormente a la aparición de cuadros de ansiedad y angustia, provocados por el cambio en el nivel de la serotonina.
De esta forma podemos establecer que una bajada significativa de serotonina puede ser una forma de detección precoz del Parkinson, aunque esto no sucede en todos los casos. La patología serotoninérgica se inicia antes de que la reducción en los niveles de dopamina cause síntomas motores en el paciente.
En conclusión, la mejor opción es siempre estar pendiente de cualquier cambio significativo que se pueda originar en el paciente y consultar con su especialista cualquier duda o problema que pueda surgir a lo largo del proceso de la enfermedad.
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