El deterioro cognitivo es el responsable de la bajada de rendimiento y eficacia de las funciones cognitivas. Un proceso natural intrínseco en el mismo envejecimiento, aunque también puede verse afectado por muchos otros factores, en los que también trabajamos desde Centro de Medicina Neuro-Regenerativa.
En general, según pasan los años, las capacidades cognitivas se ven disminuidas y pese a que se está investigando y avanzando mucho en la materia, por ahora, la conclusión a la que llegan la gran mayoría de los estudios es que el deterioro cognitivo es inevitable en edades avanzadas, pero sí se puede proteger y ralentizar con una rutina saludable. Esto es, realizando ejercicio de forma regular y siguiendo una alimentación equilibrada.
Y es en este último punto donde tiene una especial relevancia la vitamina K, al jugar un papel fundamental en la salud del cerebro. Un nuevo aliado con el que puede contar contra el declive de las funciones cognitivas, además de tratamientos alternativos para enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer con resultados prometedores.
¿Qué es la vitamina K y en qué alimentos está?
La vitamina K es una vitamina soluble en grasa que puede encontrar tanto en forma de filoquinona (vitamina K1), presente en vegetales de hojas verdes, así como en forma de menaquinonas (vitamina K2), en derivados cárnicos y alimentos fermentados como el queso.
Su importancia reside en su desempeño en diversos procesos biológicos y fisiológicos, siendo un efecto protector frente a distintos tipos de cáncer y de gran ayuda contra enfermedades cardiovasculares y frente al declive cognitivo. Ahora, la Universidad AlMaarefa de Arabia Saudí acaba de probar que la vitamina K podría proteger el deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento y asociado a la enfermedad del Alzheimer y otros tipos de demencias.
Alimentos ricos en vitamina k
Según ha publicado recientemente Healthline, la vitamina K podrá encontrarla en un gran número de alimentos, siendo los vegetales de hojas verdes los que más cantidad de este nutriente presentan. La que mayor proporción tiene es la col, dado que tan solo en media taza ofrece 565 microgramos. Por detrás, pero con un gran aporte, está la hoja de berza, con 530 microgramos, mientras que con la espinaca sucede algo curioso, alcanza los 444 microgramos al ser hervida, pero divide su presencia entre tres en crudo.
Fuera del pódium de los vegetales con una mayor concentración de esta vitamina se puede proteger el desgaste cognitivo con un aporte diario de este nutriente también recurriendo a las hojas de nabo, las coles de Bruselas, el brócoli, el espárrago, la lechuga, el chucrut, la soja, el edamame, los encurtidos, la calabaza, los piñones, los arándanos… Todos ellos colocados de mayor a menor concentración vitamínica.
¿Puede ayudar a disminuir el deterioro cognitivo?
Como ya se expuso anteriormente, un nuevo estudio de la Universidad AlMaarefa de Arabia Saudí ha supuesto un gran avance. Ha evidenciado la importante función de la vitamina K a la hora de proteger contra los descensos cognitivos naturales relacionados con el envejecimiento. Incluso aquellos asociados a enfermedades como el Alzheimer, entre otras formas de demencia. Los resultados de este estudio acaban de ser presentados en la reunión anual de la Asociación Americana de Anatomía durante un encuentro de Biología Experimental, esta vez celebrada en Filadelfia, Estados Unidos.
Allí se expuso el trabajo experimental realizado para demostrar que la vitamina K2, las menaquinonas que pueden encontrarse en productos cárnicos y derivados fermentados como el queso, tienen un impacto prometedor en un cerebro senil. Este nutriente obstaculiza los cambios conductuales, funcionales y bioquímicos asociados a este deterioro y demás trastornos asociados a la edad y el envejecimiento. Es decir, preserva un correcto funcionamiento de las capacidades cognitivas, a pesar del inevitable paso del tiempo, además de ofrecer una reducción de la depresión, la ansiedad, así como una mejora en la memoria espacial y la capacidad de aprendizaje.
¿Es recomendable para combatir enfermedades neurodegenerativas?
Con todo ello, los últimos estudios presentados y las evidencias empíricas apuntan a que la vitamina K será en los próximos años clave en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. Así lo entienden también desde la Sociedad Española de Neurología, que afirma que en nuestro país hay 800 000 enfermos de Alzheimer y que el 80 % de los casos leves aún están por diagnosticar.
Pero van más allá desde el SEN y mantienen que el 35 % de los casos de esta enfermedad pueden atribuirse a factores de riesgo que no tienen nada que ver con factores genéticos, como es la alimentación. Y una dieta rica en vitamina K es una herramienta fundamental, no solo para disminuir el riesgo de padecer deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, sino también es clave para influir en su misma evolución una vez diagnosticada.
Si te ha interesado este artículo, quizás te guste: