El Alzheimer, en sí mismo, no causa dolor. Sin embargo, la situación de la persona con Alzheimer puede estar tan deteriorada que sufra dolor por otro motivo y no sea consciente de él o no pueda comunicarlo con facilidad. Hoy, en Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, hablamos del dolor en el Alzheimer.
¿Cómo saber qué le duele a una persona con Alzheimer?
Lo primero que hay que entender es que el Alzheimer es una enfermedad que conlleva alteraciones en el cerebro que afectan no sólo a la memoria, sino a la experiencia en general que tienen los pacientes del mundo y de sí mismos.
Así, normalmente, al principio del Alzheimer, los pacientes tienen respuestas muy básicas y comportamientos estereotipados, como los niños. Después, se descontrolan y pierden su capacidad de orientación y, por último, pierden la conciencia de sí mismos.
En este proceso no se produce dolor como tal, pues el Alzheimer no conlleva dolor por sí mismo. Sin embargo, la dificultad de relacionarse correctamente consigo mismo y de fallar en la propia autoconciencia y autopercepción puede generar problemas relacionados con el dolor.
Es lógico: Los pacientes de Alzheimer siguen sufriendo dolor por otros motivos, pero no tienen las mismas respuestas que tienen las personas sanas al mismo. Por ello es importante saber cómo abordar el dolor en los pacientes de Alzheimer.
Qué podemos hacer para ayudar a los pacientes con Alzheimer a limitar estas alteraciones físicas
Hay que entender que el dolor no es un proceso meramente sensorial. Es cierto que el dolor se siente a través del sentido del tacto, pero va mucho más allá: Implica una elaboración intelectual, emocional e, incluso, social. Sin pasar por el tamiz de la conciencia, el dolor que siente un ser humano no se diferencia en nada del que siente un animal.
Puesto que los pacientes con Alzheimer pueden tener dificultades para relacionarse con su propio dolor, es importante que seamos conscientes de cuáles son los cambios que sufren cuando el dolor aparece para poder ayudarles.
En este sentido, si una persona con Alzheimer se comporta de una forma extraña en determinados momentos debido al dolor, podemos aprender que, ante ese comportamiento, tenemos que tratar de remediar algún dolor.
Por supuesto, localizar la causa del dolor puede ser un problema. Por ello, soluciones holísticas, que traten y mitiguen tantos dolores como sea posible, serán muy útiles. Por ejemplo, la auriculoterapia permanente.
Gracias a esta innovadora técnica, evolución directa de la acupuntura, el paciente de Alzheimer podrá tener una mitigación efectiva de prácticamente cualquier dolor que aparezca, incluso aunque él no se dé cuenta.
También será de vital importancia acudir al médico y que éste ofrezca las medidas adecuadas, recetando los tratamientos que el paciente necesite. Y, en casos en que el dolor sea persistente y el comportamiento del paciente más errático de lo habitual, se podrá proceder a algún reconocimiento con diferentes grados de exhaustividad.
Con ello, el paciente conseguirá reducir al máximo el dolor que padece y, en consecuencia, será menos errático. Puesto que, aunque el enfermo de Alzheimer no es consciente del dolor que está sufriendo, éste sí puede afectar a su normal desempeño, pues el cuerpo sigue intentando evitar el dolor como siempre ha hecho (simplemente, no encuentra la forma adecuada de hacerlo).
Como puedes ver, tratar el dolor en el Alzheimer es fundamental. Y es que, aunque la enfermedad, en sí misma, no causa dolor, sí puede hacer que la persona que lo sufre no sea capaz de comunicar el dolor que padece por otros motivos.
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