El Alzheimer precoz es el tipo de Alzheimer más dañino y temido. Y es que, aunque solamos asimilar Alzheimer a vejez, lo cierto es que no siempre es así. Es por ello que, hoy, en Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, hablamos de todo lo que debe saber sobre el Alzheimer precoz.
¿Cuándo puede aparecer el Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad que, normalmente, aparece a partir de los 65 años. Puesto que es una enfermedad que tiene mucho que ver con el normal deterioro del cerebro con el paso de los años, es normal que aparezca a partir de una cierta edad.
Sin embargo, existe un tipo de Alzheimer que es conocido como Alzheimer precoz. Este es el nombre que recibe cualquier Alzheimer que aparezca en una persona menor de 65 años. Esto es algo bastante infrecuente, puesto que sólo el 5% del Alzheimer es precoz. Sin embargo, puede ocurrir.
La edad del Alzheimer temprano oscila entre los 30 y los 60 años, así que, como ve, la horquilla es bastante amplia. Lo importante es comprender que una persona puede padecer Alzheimer desde los 30 años. Sería algo raro, pero es posible.
¿Cómo detectarlo en personas jóvenes?
Detectar el Alzheimer precoz en personas jóvenes es bastante complicado, porque las personas no están acostumbradas a imaginar el Alzheimer como una enfermedad que afecte a la juventud. Por lo tanto, cuando aparecen los síntomas, se tiende a pensar que se deben a otra cosa.
Cuando, finalmente, se acude al médico, ya ha pasado demasiado tiempo y los efectos del Alzheimer han sido graves, la enfermedad ha avanzado mucho y las terapias que se pueden aplicar no son tan efectivas como si se hubiese detectado a tiempo.
Es por ello que es importante detectarlo a tiempo y concienciar a todas las capas de la sociedad de que el Alzheimer es una enfermedad que puede aparecer a cualquier edad. Si la gente tiene esto presente, es posible que acudan al médico tan pronto como sea posible.
¿Cuáles son los primeros síntomas y cómo retrasar su empeoramiento?
En la mayoría de los casos, como comentábamos, el Alzheimer precoz se desarrolla y evoluciona sin que nadie lo sepa. Ni la persona que lo padece, ni los médicos que le atienden. Esto es debido a que no se suele sospechar de esta patología hasta pasados los 65 años (ni tan siquiera los médicos lo sospechan).
A lo largo del avance de la enfermedad, el paciente va viendo sus funciones cognitivas afectadas. Esto implica cambios en la memoria, en el lenguaje, en la capacidad de atención, en la capacidad de planificación a futuro, en la orientación temporal, etc.
Estos cambios son tan graduales que el paciente puede achacarlos a cualquier otra cosa o ni tan siquiera darse cuenta (percibirlos como cambios normales con el pasar de los años). Sin embargo, son síntomas de Alzheimer precoz, y conviene tenerlos presentes como tales.
Las formas de retrasar su empeoramiento consisten en diferentes tipos de ejercicios mentales (los cuales le explicará su médico) y el uso de terapias alternativas como complemento, las cuales mejoran la calidad de vida.
Por ejemplo, la auriculoterapia permanente permite mitigar ciertos síntomas de la enfermedad y hacer que la vida del paciente sea algo mejor. Por supuesto, no es una cura y no debe sustituir al tratamiento médico. Pero es un buen complemento.
Como puede ver, el Alzheimer precoz es bastante peligroso, dañino y hay buenas razones para temerlo. Sin embargo, incluso en estos casos podemos recurrir a la auriculoterapia permanente para mitigar algunos de sus síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
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