In Parkinson, Tratamiento con acupuntura permanente

El invierno suele ser una temporada en la que afloran muchas enfermedades, sobre todo, respiratorias. Desde el Centro de Medicina Neuro-Regenerativa le recomendamos una serie de consejos para que los enfermos de Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas puedan sobrellevar el invierno correctamente, ya que durante esta época especialmente, estos pacientes pueden encontrar mayores dificultades que se deben tener en cuenta.

¿Es una buena época el invierno para las personas que sufren de Parkinson?

El invierno en sí puede ser sobrellevado por un paciente que tenga Parkinson. El problema comienza con el frío, especialmente si este es excesivo, ya que el enfermo, debido a los efectos que produce en el organismo este padecimiento, encuentra más dificultades para regular su temperatura corporal. Este se puede deber, en parte, por el adelgazamiento de su piel, así como una pérdida considerable de los receptores cutáneos, lo que no permite percibir adecuadamente la temperatura ambiente, aumentando la sensación de frío.

Este aumento del frío corporal puede poner en riesgo a un enfermo de Parkinson, ya que tiene más probabilidad de padecer de hipotermia ante climas demasiado bajos. Los efectos climatológicos del invierno no dejan de tener un impacto en este tipo de enfermos, así como en los que sufren de Alzheimer, esclerosis múltiple, hipotiroidismo u otras enfermedades neurodegenerativas, que alteren el sistema inmunitario del paciente.

¿Qué problemas puede originar el invierno a los pacientes de Parkinson?

Cuando estén próximos los meses de frío, como ocurre en invierno, es preferible preparar el ambiente en que va a permanecer el paciente. Puede no ser necesario un cambio de medicamentos en el tratamiento del Parkinson, aunque es preciso tener en cuenta otras alternativas, con el fin de mejorar la situación del enfermo.

Las bajas temperaturas afectan considerablemente la movilidad en los que padecen Parkinson, aumentando su sintomatología, debido a una mayor rigidez, producto del frío, además de la dificultad que representa para el paciente soportar este clima. Esto puede provocar, además, un aumento de la movilidad involuntaria y el consecuente desgaste que conlleva, tanto físico como psicológico.

Al igual que la estación invernal afecta considerablemente a las personas sanas, debido a que el organismo absorbe menos vitamina D y podemos ser víctimas de los estados depresivos que se asocian a esta época del año, los enfermos de Parkinson también muestran una especial afectación a nivel psicológico.

En estados avanzados de la enfermedad, se puede apreciar una mayor incidencia de alucinaciones o problemas perceptivos. Asimismo, es normal que haya más caídas, precisamente por la rigidez corporal que sufre el paciente, consecuencia del frío. La fatiga también se hace presente, lo que puede inducir a un aumento de las horas de sueño.

Por otro lado, las bajas temperaturas repercuten en la fisiología, a constreñir las venas, produciendo un aumento de la presión arterial, que debe controlarse si el paciente sufre de hipertensión. Recordemos que el estrés, derivado de esta enfermedad, no resulta un aliciente para el sistema circulatorio, ya que tiende a repercutir negativamente en la presión del enfermo. También es perceptible un cambio en el ritmo cardíaco, que el especialista deberá tener en cuenta.

Por lo general, los ajustes en la medicación no evitan estos síntomas en un paciente con Parkinson. Por eso, es conveniente que cuidadores y especialistas le preparen ante la llegada del invierno, a fin de poderle reducir el impacto que produce el frío en su organismo.

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Recomendaciones para sobrellevar mejor el invierno con Parkinson

Lo mejor manera de sobrellevar el invierno si sufre Parkinson es ante cualquier sintomatología extraña o poco frecuente acudir a su especialista. Es importante estar bajo vigilancia médica y seguir la consecuente revisión periódica que debe llevar un paciente de estas características.

También es imprescindible dotar al enfermo de la ropa adecuada, que le proteja del frío, así como mantener calientes las áreas del hogar en que suela moverse el paciente. De esta forma, podremos reducir la rigidez, común en el Parkinson, y muchos efectos psicológicos asociados.

Resulta imprescindible para el enfermo de Parkinson tener especial cuidado con su salud, especialmente durante la época invernal, cuando su enfermedad puede experimentar un empeoramiento evidente, por causa del frío. Por ello, debe tener en cuenta que en nuestro centro podemos ayudarle a reducir los síntomas de la enfermedad del Parkinson y a mejorar su calidad de vida y bienestar.

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