Ajo negro: cómo puede ayudar a mejorar nuestra salud

El ajo negro está cada vez más presente en los supermercados y comercios tradicionales. Muchas personas lo emplean porque no repite y permite elaborar recetas más vistosas por su color negro. Pero además tiene muchos beneficios que pueden ser interesantes para combatir las enfermedades neurodegenerativas y afecciones tan presentes hoy en día como la presión arterial alta.

¿Qué es el ajo negro y de dónde proviene?

El ajo negro procede del ajo blanco tradicional, al cual se somete a un proceso de fermentación natural. En este proceso, el ajo adquiere el color negro que tanto llama la atención, pierde su mal olor, su textura se suaviza, se vuelve ligeramente más dulce y también cambian las sustancias que lo forman. Esto es lo que hace que sea más digerible, no repita y no produzca mal aliento. Y, lo más importante, multiplica por cinco las mismas propiedades saludables que ya tiene el ajo convencional y añade otras nuevas.

Este proceso de fermentación fue descubierto casi accidentalmente por un investigador japonés, que expuso el ajo al humo de madera durante un mes y se dio cuenta de que había obtenido una versión del ajo mucho más digerible, de sabor más suave y, cuando lo analizó, cualidades saludables sorprendentes.

Propiedades del ajo negro para tu salud

Los beneficios del ajo negro se deben a que es especialmente rico en compuestos fenólicos como los tetrahidro-carbonilos, alcaloides bioactivos, la S-alil-mercaptocisteína o la S-alilcisteína, También es rico en vitamina C y otras sustancias que destacan por sus propiedades antioxidantes, como los flavonoides. Así, el ajo negro tiene las siguientes cualidades:

• Es un potente antioxidante: también lo es el ajo blanco y otros muchos alimentos. Pero el ajo negro se caracteriza por ser mucho cinco veces más antioxidante que el convencional. Esto quiere decir que evita los radicales libres que causan los procesos de envejecimiento. Sus antioxidantes frenan estos procesos, tanto visibles (arrugas, flacidez de la piel), como el envejecimiento de los órganos y las funciones cognitivas.
• Estimula el sistema inmunitario: gracias a su vitamina C y antioxidantes.
• Además, igual que el ajo tradicional, es un antibiótico natural. Tomándolo antes de la temporada gripal, disminuye la probabilidad de padecer tanto infecciones bacterianas como gripales.
• Facilita la digestión: no provoca los síntomas de flatulencia, mal aliento, etc. que a muchas personas provoca el ajo blanco.
• Regula la tensión arterial: ayuda a disminuirla si es demasiado alta.
• Combate la fatiga. Es un excelente energizante natural, que funciona en casos de astenia primaveral u otro cansancio que no tenga motivos explicables. Todo esto sin resultar excitante como la cafeína.
• Ayuda al funcionamiento del hígado. Así, ayuda a mantener el colesterol en límites saludables y baja los niveles de triglicéridos. Además, ayuda a depurar el organismo de tóxicos y favorece la eliminación de líquidos.
• Estimula el tránsito intestinal.
• Evita los dolores de cabeza, ya que favorece una irrigación sanguínea saludable en el cerebro.
• Ayuda en los casos de reuma, gota, artritis y dolores musculares. Esto se debe a su acción antioxidante y suavemente antiinflamatoria.
• Es antiparasitario: resulta útil en los casos de «gusanos» en el intestino en los niños y evita la candidiasis intestinal.

¿Cómo y cuándo consumir este superalimento?

Lo más cómodo es sustituir el ajo blanco por el negro, ya que se puede usar en las mismas recetas. En muchas tiendas vemos ya los productos tradicionales que se elaboran con ajo hechos con este alimento, tal como el alioli negro.

Sin embargo, para aprovechar al máximo sus cualidades saludables, los expertos recomiendan tomar entre uno y tres dientes diarios antes del desayuno. Recordamos que no produce el mal aliento que el ajo convencional, de manera que es una excelente manera de cuidarse sin los molestos efectos secundarios del ajo blanco.

Dieta saludable para combartir enfermedades neurodegenerativas

La propiedad que convierte al ajo negro en eficaz para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer es su acción protectora de la microbiota intestinal, gracias a que aumenta la variedad de bacterias intestinales saludables. Además, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Louisville (Estados Unidos) en 2019 demostró que incrementa la producción del «factor neurotrófico derivado del cerebro», ya que potencia la expresión del gen NDNF, necesario para la consolidación de la memoria y la conservación de las facultades intelectuales.

Existen otros alimentos que favorecen la variedad de microbiota intestinal, tan importante para combatir el Alzheimer o Parkinson, como el yogur, el kéfir, el chucrut y otras verduras fermentadas. Por eso, una dieta variada que incluya regularmente estos alimentos puede hacer mucho para evitar las enfermedades neurodegenerativas.

En el Centro de Medicina Neuro-Regenerativa se apoya el tratamiento de estas enfermedades. Basados en la  implantología auricular, se apoyan y se provee también asesoramiento para que los pacientes en tratamiento de enfermedades neurodegenerativas puedan beneficiarse de los últimos avances científicos.

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