Desde el Centro de Medicina Neuro-Regenerativa puede encontrar un tratamiento alternativo al parkinson, como es la implantología auricular. Abordar la enfermedad a tiempo puede contrarrestar la pérdida de peso asociada a ella. Esta relación de la disminución del índice de masa corporal (IMC) con este problema degenerativo sucede a lo largo de su desarrollo.
¿Puede afectar al peso corporal la enfermedad del Parkinson?
Sin duda, existe una relación directa entre la enfermedad de Parkinson y la pérdida de peso y, por ende, la disminución del IMC. Esto no es una circunstancia generalizada y, además, es importante distinguir cómo, a medida que avanza este problema, puede darse la pérdida de peso en diferentes etapas, también en función al paciente.
Estudios recientes, como el que se llevó a cabo en el Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, dirigido por la doctora Anne-Marie Wills, indica cómo muchas enfermedades neurodegenerativas, en etapas tempranas, exteriorizan una bajada significativa de peso en, al menos, una quinta parte de los pacientes. Por supuesto, el parkinson entra en este estudio, al igual que otras enfermedades que afectan al sistema nervioso central, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y el Huntington.
Aunque se puede recurrir a tratamientos como la auriculoterapia avanzada, como una alternativa más para dotar a los pacientes de una mejor calidad de vida, es importante realizar un seguimiento del peso corporal, atendiendo a los indicios tempranos que pueden advertir de un problema futuro.
¿Qué relación hay entre el parkinson y la pérdida de peso?
La relación entre el parkinson y la pérdida de peso es muy significativa. Por lo general, no suele ser difícil asociarla a los movimientos involuntarios que crea esta enfermedad, por la pérdida tan grande de calorías que produce. Este punto es entendible, pero el problema surge cuando el paciente, en etapa temprana, presenta una pérdida significativa de su IMC.
Por qué se produce esta disminución de peso no es una cuestión que se haya podido clarificar aún, a pesar de los estudios que han llegado a dicho descubrimiento. Lo que sí indica es un progreso más grave de este padecimiento, especialmente en aquellos pacientes que muestran rápidas pérdidas de peso, incluso sin haber sido diagnosticados todavía.
Por otro lado, durante las distintas etapas del parkinson es normal la pérdida de kilos debido a problemas físicos que acompañan a la enfermedad, como suelen ser los procesos digestivos o de deglución que, al dificultársele al paciente, tiende a comer menos, ocasionando este efecto sobre su peso corporal.
Por otro lado, cabe destacar el efecto secundario de algunos medicamentos que, en ciertos casos, llegan a causar náuseas y vómitos al enfermo, haciendo que no pueda aprovechar los nutrientes que ingiere diariamente. Por este motivo, un tratamiento para el parkinson que permite reducir la toma de medicamentos, otorgándole al enfermo un mejor nivel de vida, consiste en la implantología auricular, cercana al tratamiento de acupuntura permanente.
Este último es muy apropiado también en el tratamiento del alzheimer, ya que consigue estimular el sistema neuronal, aumentando los índices de dopamina, que son tan importante en el caso del parkinson. Consigue también disminuir la rigidez y logra devolver una mayor movilidad al paciente.
Es importante que tenga en cuenta el impacto que produce un diagnóstico como la enfermedad de Parkinson en cualquier persona. En este sentido, se debe asociar la pérdida de peso durante el desarrollo de este padecimiento a los estados depresivos por los que puede pasar el paciente. La pérdida de apetito suele estar ligada a la depresión, lo que produce, a su vez, un mayor deterioro de su estado salud.
¿Cómo se puede contrarrestar la pérdida de peso durante el parkinson?
Con respecto a los casos en donde se produce la pérdida de peso durante etapas tempranas de la enfermedad, no hay constancia de que aumentando la ingesta calórica se consiga que la persona detenga la evolución grave de su condición.
Se hace imprescindible que el paciente tenga un seguimiento personalizado, por parte de un nutriólogo, que pueda recomendarle dietas adecuadas a su condición. En muchos casos se aconseja aumentar el número de comidas hasta cinco veces al día. Es preciso que haya una adecuada ingesta de proteínas, carbohidratos saludables, además de vitaminas y minerales, que permitan a la persona contar con todos los nutrientes necesarios.
A diferencia de lo que se piensa ante la pérdida de peso, el ejercicio es algo imprescindible que, de alguna forma, combate la debilidad que se produce durante el parkinson. La actividad física también es sinónimo de fortalecimiento corporal y, en esta circunstancia, es idóneo para el paciente.
Recurrir a un tratamiento alternativo para la enfermedad de Parkinson implica una ayuda extra que, en muchos casos, permite al enfermo reducir la toma de medicamentos farmacológicos y, con ello, disminuir los síntomas como las náuseas y los vómitos, los cuales suelen ser el resultado de la pérdida de peso típica en este padecimiento.
Si le interesa este artículo, quizás le guste: