Mantener una alimentación saludable es un hábito recomendable para todo el mundo, ya que es la base que da energía a nuestro cuerpo. No obstante, las personas que padezcan enfermedades neurodegeneraticas, como la escleorosis, párkinson o alzhéimer, deben prestar una mayor atención, ya que una buena alimentación mantiene la salud de las estructuras nerviosas. Desde Centro de Medicina Neuro-Regenerativa le recomendamos seguir estos consejos y recomendaciones nutricionales para llevar mejor su enfermedad neurodegenerativa.
Pautas nutricionales para pacientes con enfermedades neurodegenerativas
Estas pautas mejoran la calidad de vida de los pacientes que sufren enfermedades neuronales, no obstante, para paliar los efectos que provocan estas, es recomendable potenciar estas pautas con tratamientos alternativos que disminuyan los efectos de estas enfermedades como con la acupuntura permanente.
Mejor un menú colorido y variado
Los colores en un plato son sinónimo de verduras y fruta. Aunque es recomendable adaptar la alimentación a cada tipo de afección, le aconsejamos que sigan una dieta alta en alimentos vegetales y fruta. Deberemos priorizar el pescado a la carne, especialmente el pescado azul. Estos alimentos ayudan a mantener un adecuado estado nutricional, y a conseguir un peso adecuado. Es importante evitar los excesos.
Son muy importantes también las vitaminas antioxidantes que se contienen en las frutas coloridas y tomadas en crudo.
La importancia de la dieta mediterránea
Los consejos nutricionales que le hemos descrito anteriormente son propios de la dieta mediterránea. Por eso, seguir esta dieta es una buena guía para las personas con enfermedades neurodegenerativas. La dieta mediterránea se fundamenta en tres pilares básicos:
- Los cereales como alimentación clave (trigo).
- Consumo de aceite de oliva.
- Piezas de fruta, como la uva.
- Alto porcentaje de vegetales: hortalizas, legumbres.
- Pescado mejor que carne.
Adaptar la dieta a la enfermedad específica
Cuando la enfermedad neurodegenerativa convive con nosotros, ella misma nos condicionará el tipo de alimentación que podemos tomar, llevándonos incluso a padecer carencias nutricionales o desnutriciones. La principal recomendación en estos casos es adaptar la dieta a la situación del paciente en concreto.
Es muy importante tener en cuenta las condiciones de la persona afectada, ya que un enfermo con Alzhéimer puede que ya no pueda comer trozos enteros. Deberemos triturar las piezas para que pueda ingerirlas, aunque sea en crudo. También las podemos batir los alimentos para que no pierdan ninguna vitamina, aunque sea complicado conseguir una textura sin grumos.
Cuando existe algún grado de disfagia es preciso no mezclar consistencias líquidas con sólidas y proporcionar alimentos de fácil masticación, espesar y homogeneizar los alimentos (evitando alimentos secos que se desmigajen en la boca –como galletas o pan tostado–, alimentos de textura mixta –como la sopa de fideos–, y alimentos untuosos que puedan adherirse a la cavidad bucal –como patatas cocidas y la bechamel–).
En presencia de trastornos de la conducta alimentaria pueden ser útiles algunas medidas sencillas, como permitir el consumo de alimentos con las manos cuando el paciente no recuerda cómo usar los cubiertos, masajear la mandíbula o las mejillas para estimular la apertura de la boca y situarse enfrente del paciente cuando se le alimenta para permitir la imitación.
No abusar de los suplementos alimenticios
Los suplementos alimenticios como los ácidos grasos omega 3, el ácido fólico, el yodo, el hierro… se recetan en muchas ocasiones para combatir el déficit alimentario que pueda sufrir un paciente. No obstante, aunque estos complementos están estudiados y son recomendables, el resto de suplementación para la mejora o prevención de patologías neurológicas, donde se pueda obtener una dosis mucho más elevada de cierto componente dietético de forma artificial más allá de la dieta, no está demostrado que tenga beneficios.
Mantener un estilo de vida saludable
Si queremos prevenir las enfermedades neurodegenerativas no podemos centrarnos solo en la alimentación. Tendremos que practicar hábitos saludables como realizar actividad física de forma diaria, no fumar, no tomar drogas, evitar el estrés… En definitiva, cuidar nuestra salud tanto física como mentalmente como terapia fundamental para evitar enfermedades degenerativas.
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