En muchas ocasiones, no es tan sencillo diagnosticar el mal de Parkinson, por lo que requiere de varios estudios para llegar a un diagnóstico definitivo. Evidentemente, los especialistas siempre consideran los síntomas del parkinson, para poder acercarse con mayor inmediatez a una conclusión.
Esta enfermedad neurodegenerativa se caracteriza por un déficit de producción de una sustancia llamada dopamina, que se encarga de ayudar en los movimientos del cuerpo y en el estado anímico del individuo. Cuando una persona demuestra tener los primeros síntomas del parkinson puede acudir a un médico para que le oriente y le indique un tratamiento que permita regular su condición.
Hoy en día, si el paciente logra tener un diagnóstico temprano, es posible ofrecerle una vida más saludable y larga con tratamientos alternativos al parkinson. Por lo tanto, es fundamental que esté atento a cualquier señal que emita su cuerpo y acuda lo más pronto posible a un profesional de la salud.
¿Cómo empieza el mal de Parkinson?
Hasta ahora, no está claro el origen de esta enfermedad, aunque con el paso del tiempo se han obtenido muchos avances en el tema. Los neurólogos solo saben que en el cerebro, conocido también como sustancia nigra, ocurre una pérdida considerable de neuronas y una reducción de la producción de un neurotransmisor importante (la dopamina), que facilita los movimientos corporales.
Los especialistas insisten en la relevancia de los síntomas previos a la manifestación de los trastornos del movimiento, los cuales son conocidos como síndromes premotores. Incluso, otros neurotransmisores son afectados por el parkinson y ocasionan otras dificultades, como los trastornos autonómicos, las alteraciones cognitivas, la seborrea, la alteración del sueño REM y la depresión crónica.
Según los estudios, la coexistencia de todos estos síntomas iniciales podría permitir la predicción de la enfermedad de Parkinson. Vale la pena destacar que el Parkinson se debe diferenciar de otros cuadros clínicos que pueden presentar síntomas muy parecidos, a los cuales se les llama genéricamente como parkisonismo.
¿Cuáles son los síntomas del Parkinson?
Los primeros síntomas del parkinson que se consideran son los motores, puesto que son los más evidentes para iniciar un proceso de estudio. Estas señales serían las siguientes:
- Bradicinesia: se trata de la desaceleración o pérdida de los movimientos voluntarios y espontáneo. Es un síntoma muy común en el mal de Parkinson.
- Temblor de reposo: es un movimiento involuntario que afecta a una o varias extremidades cuando se encuentran en reposo. Por lo general, desaparecen una vez que la persona realiza una acción voluntaria.
- Rigidez: presenta una inflexibilidad poco usual en alguna parte del cuerpo.
- También poseen problemas para estar de pie o al caminar, falta de coordinación, disminución del equilibrio, dificultad en la marcha y reducción de las expresiones faciales.
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Principales Síntomas del Parkinson en personas mayores
Aunque no se conoce por qué se origina esta enfermedad, se considera que es producto de varios factores que ocurren al mismo tiempo, como la vulnerabilidad genética, las exposiciones ambientales y el envejecimiento. De hecho, es frecuente en personas mayores, cuyas edades oscilan entre los 40 y 70 años.
Entre los adultos mayores es posible precisar 10 síntomas del parkinson, que son:
- Pérdida del olfato: dificultad para identificar los olores de algunos alimentos o esencias.
- La expresión facial cambia: la persona se ve seria todo el tiempo y con falta de parpadeo.
- Bajo volumen de la voz: su tono de voz disminuye y suena ronco al hablar.
- Temblor en las extremidades: o ciertas contracciones en manos, dedos, piernas, mentón o labios.
- Cambios en su caligrafía: reduce el tamaño de la letra y escribe algunas palabras juntas de forma repentina.
- Mareo o desmayo: cuando se levanta de algún lugar tiende a marearse, por la presión arterial baja.
- Inconvenientes con el sueño: sufre de movimientos continuos durante las siestas, como puñetazos, patadas o se cae de la cama.
- Dificultad para caminar: siente rigidez en el cuerpo y no desaparece aunque se mueva.
- Estreñimiento: hace muchos esfuerzos para satisfacer sus necesidades básicas en el baño.
- Encorvamiento de la espalda: postura encorvada, inestable o desplomada al estar de pie.
Una vez que se detecta la enfermedad y se aplica un tratamiento alternativo, las personas pueden recuperar la calidad de vida y sentirse mejor.
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