Relajarse y meditar es algo que todos deberíamos hacer más a menudo, porque está demostrado que la meditación contribuye a mejorar tanto el cuerpo como la mente. Y eso, tanto para una persona sana como para una persona con una enfermedad neurodegenerativa, es muy bueno. Por ello, hoy, le contamos cómo aprender a relajarse y meditar.
¿Cómo relajar la mente?
Veamos, en primer lugar, algunas claves para aprender a relajar la mente. Tenga presente que algunas personas tienen más facilidad que otras para lograrlo. Si a usted le cuesta un poco más, no se frustre. Déjese llevar:
- Inspiraciones lentas y profundas: lo principal para relajar el cuerpo y la mente es respirar profundamente y de forma lenta. Esto hace que el cuerpo entre en un estado de relajación y pone al cerebro en disposición de empezar a meditar (piense que, al contrario, en situaciones de estrés se tiende a hiperventilar).
- Baño de agua caliente: un baño de agua caliente puede ser una gran forma de relajar tanto el cuerpo como la mente, también. No es algo que a todo el mundo le guste o que sí o sí le vaya a hacer entrar en un estado mental propicio para la meditación, pero es probable que sí lo haga. Pruébelo.
- Música relajante: obviamente, la música relajante también le ayudará enormemente. O cualquier otro tipo de sonido relajante (música de agua fluyendo, del mar, de pájaros cantando…). Encuentre la mejor música para relajarse y utilícela.
- No juzgue lo que pase por su mente: por último, lo más importante a la hora de meditar es que no juzgue lo que pasa por su mente. Simplemente, deje que vayan fluyendo los pensamientos y que pasen por su mente sin más. Meditar no se trata tanto de no pensar, sino de “ver” cómo fluyen los pensamientos por su mente.
¿Cuándo es mejor meditar?
Lo cierto es que no existe un momento ideal para meditar. Cualquier momento es bueno para hacerlo. Si duda de que esto sea cierto, piense que los monjes budistas e hinduistas pueden pasarse hasta 24 horas seguidas meditando. Y es que, se puede meditar en cualquier momento del día. Ahora bien, todos tenemos obligaciones y rutinas, así que, por ese lado, sí existen mejores y peores horas. Además, hay que dormir, algo fundamental para todos (pero más aún para aquellas personas con algún tipo de enfermedad neurodegenerativa).
Así pues, podemos decir que los mejores momentos para meditar para la mayoría de las personas es a primera hora de la mañana y a última hora de la noche, mientras que la peor hora es después de comer.
La razón es que, por la mañana, la mente está más tranquila y vacía, puesto que no la hemos ido sobrecargando con todo lo que ha ido sucediendo durante el día. A última hora del día, muchos de los problemas que hayan surgido durante el día se han resuelto y, además, estamos ya en un momento de relajación y tranquilidad en casa, sin nada más que hacer.
Por otro lado, la razón de no meditar después de comer es que estaremos haciendo la digestión, por lo que la energía del cuerpo irá al estómago y no nos dejará meditar correctamente (además, ¡corremos el riesgo de quedarnos dormidos!).
Como ha podido ver, aprender a relajarse y meditar es fundamental si quieres mejorar su salud mental y corporal. Y, si tiene algún familiar con alguna enfermedad neurodegenerativa, también debería probarlo… ¡Seguro que nota una mejora muy interesante en su calidad de vida!
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