El Parkinson es un trastorno que afecta a personas de 60 años en adelante, generalmente, según indican las estadísticas. Sin embargo, existe un caso particular llamado Parkinson precoz, que aparece en individuos de 50 años aproximadamente, debido a posibles mutaciones de los genes específicos, como el gen de la parkina.
De acuerdo con la medicina, quienes poseen uno o más familiares con la enfermedad tienen mayores posibilidades de desarrollarla temprano. Aun así, el porcentaje de riesgo sigue siendo de 2% a 5%, a menos que en el grupo familiar presente mutaciones genéticas determinadas para la patología.
Solo en ciertas circunstancias, las señales de la enfermedad de Parkinson pueden presentarse a partir de los 20 años. Si es así, el trastorno se conoce como parkinsonismo juvenil que, por lo general, comienza con algunos síntomas como la bradicinesia y distonía y mejoran con la ingesta de levadopa.
Evidentemente, aunque tiene muchas similitudes con el Parkinson de inicio tardío, el impacto de la aparición precoz es determinante para los pacientes, sobre todo en su círculo laboral, social y reproductiva. Por eso, es indispensable pedir asesoramiento a un especialista cuando vea señales de alerta y seguir las recomendaciones.
Por otro lado, hay que considerar que mientras más temprano inicia el problema, el afectado debe ingerir por tiempos más prolongados la levadopa, lo cual trae efectos colaterales para la salud. Por ejemplo, el riesgo de las discinesias aumenta y la calidad de vida empeora.
Por este motivo, muchos expertos aconsejan la búsqueda de tratamientos alternativos, como la implantología auricular, para reducir la fuerza de los síntomas de forma natural y procurar la disminución de fármacos, a medida que avanza la terapia. La auriculoterapia avanzada, como también se le conoce, es la más conocida en este campo por sus grandes efectos en los pacientes.
Señales de inicio del Parkinson precoz
En muchas ocasiones, cuando se habla de la enfermedad de Parkinson, se relaciona con la imagen de una persona de edad avanzada que camina con la espalda un poco encorvada, con dificultades para movilizarse, temblores en las manos y rigidez en el cuerpo.
A pesar de que es una descripción que no se aleja de la realidad, los síntomas motores no son los únicos que prevalecen en el trastorno. También se presenta otro rango amplio de señales de inicio del Parkinson precoz que permiten alertar sobre la existencia de un problema de salud.
Estas manifestaciones están relacionadas con cambios cognitivos, emocionales y conductuales, por lo que podrían desatar una serie de inconvenientes en la rutina diaria de los afectados y cambiar por completo su estilo de vida. Sin duda, son señales que deben ser evaluadas por un médico para que dé la orientación adecuada.
Ahora bien, ¿cómo detectar la presencia del Parkinson precoz? Estas son las siete señales de alerta que no pueden ser ignoradas por la persona, ni su entorno:
- Trastorno del sueño: los más comunes son el insomnio, el trastorno de conducta del sueño REM y el Síndrome de las Piernas Inquietas.
- Depresión: está considerado como un indicador precoz de la patología y es uno de los primeros en manifestarse.
- Otros cambios en el estado de ánimo: ansiedad y apatía, las cuales generan dificultades para buscar soluciones y ayuda.
- Temblor: lo más frecuente es que comience en las manos, pero también es posible que se vea reflejado en la mandíbula o en los pies.
- Alteraciones cognitivas: dificultades para realizar varias tareas al mismo tiempo, enlentecimiento del pensamiento, problemas de memoria y concentración, demencia, entre otros.
- Bradicinesia: representa la pérdida del movimiento espontáneo. Cada paso es más lento y frustrante.
- Fatiga: en el Parkinson precoz siempre hay una sensación de que no tiene fuerzas para hacer nada.
El escenario es bastante preocupante, pero los expertos han puesto sus esperanzas en los avances médicos y en los resultados obtenidos en terapias complementarias, como la auriculoterapia avanzada. No hay cura definitiva para el Parkinson precoz, pero sí hay maneras de ganarle la batalla a los síntomas incapacitantes.
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