Me llamo Sabine y tengo 43 años.
Por casualidad he estado con mi padre que tiene Parkinson en la clínica en Septiembre del 2017.
Tras una charla exhaustiva yo también me he tratado con ellos.
Los síntomas que se trataron fueron los siguientes,
- Ataques de pánico, los cuales sufría desde el año 2013. No podía irme sola a ningún sitio y tomaba dosis elevadas de antidepresivos. También tuve que dejarme el trabajo porque ya no fue posible.
- Problemas discales en la espalda que me molestaban de vez en cuando
- El útero, el cuál me había dado sangrados dolorosos desde hace 2 años y por el cuál ya tenía cita para una operación hacia finales de septiembre.
Después del tratamiento pude dejarme de inmediato el tratamiento antidepresivo contra los ataques de pánico. Nunca más he tenido ataques de pánico, o si los he tenido al principio fueron tan suaves que pude aguantarlos perfectamente.
Ahora después de medio año, el pánico para mi ya no tiene relevancia. Con el paso del tiempo ya ni lo pienso. Puedo hacer todo sin molestias y ya no me escondo de nada.
Mis discos de la columna también se han relajado y se mantienen tranquilas.
Gracias a las agujas para mi útero me he ahorrado una operación y desde la intervención con las agujas tengo de nuevo reglas regulares e indoloras.
¿Qué más ha pasado durante el último medio año?
Los siguientes síntomas y cambios realmente no se trataron porque para mi eran más bien insignificantes. Y solo llaman la atención cuando uno se fija en su cuerpo.
Según mi opinión ha cambiado mucho desde la terapia con las agujas.
Primero me ha llamado la atención que ya no tenía hemorroides y por lo tanto ya no había sangre en mis heces.
Mi Tinitus se ha despedido.
Mi tensión arterial se ha regulado, llevaba años teniéndola alta.
Y la semana pasada me he dado cuenta de que aun no han aparecido mis alergias, aunque ya hay bastante polen activo.
Mis dolores articulares en las manos se han ido casi del todo.