“Viendo los videos de testimonios de pacientes tratados parecía algo milagroso”
Me diagnosticaron Parkinson en 2006 y no fue hasta 2010 cuando acudí a la terapia de la auriculopuntura (acupuntura en la oreja).
Mi marido había visto en Internet testimonios de pacientes que no hablaban ni caminaban pero con las agujas volvían a hacerlo. Personas que tenían temblores y les desaparecían. Parecía algo milagroso.
No obstante, quise tratarme y comprobé que ese aparente milagro era una realidad. Gracias a las agujas he podido recuperar actividades que he hecho durante toda mi vida y que ya no podía a solas.
No necesito ya que me estén cuidando, ayudando o vigilando. Puedo seguir haciendo vida normal.
Valoro mucho el volver a manejar (conducir) y eso me da mucha independencia.