En los últimos tiempos han aparecido diversos estudios en los que se ha podido observar la relación entre la microbiota y el Parkinson. Y los resultados han sido espectaculares. Hoy, en Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, le contamos cuál es esta relación y por qué es tan importante cuidar la microbiota intestinal.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es conocemos al conjunto de microorganismos que viven en el intestino humano. Esta microbiota es única en cada ser humano, aunque existen algunos microorganismos que están presentes en todos los adultos sanos.
Esta microbiota intestinal es la que nos permite extraer todos los nutrientes de los alimentos que ingerimos. Si no tenemos una buena microbiota intestinal, podemos alimentarnos todo lo que queramos, pero, probablemente, no obtengamos de ahí suficientes nutrientes.
Es decir, nos estaríamos alimentando para nada.
Es por ello que conviene asegurarse de que la microbiota intestinal está bien cuidada para que, a su vez, nosotros lo estemos.
¿Y qué podemos hacer para mejorar nuestra microbiota intestinal?
Pues, básicamente, consumir alimentos que contribuyan a ella. Por ejemplo, alimentos como el yogur o el kéfir ayudarán a que nuestro microbiota intestinal esté perfectamente. También podemos evitar malos hábitos, como fumar, beber o tener sobrepeso.
En general, todos los consejos que suelen hacerse para tener un estilo de vida más saludable son válidos para mejorar la microbiota intestinal. Así que, simplemente, basta con seguirlos para mejorar nuestra flora intestinal.
¿Qué conexión puede tener la microbiota con el Parkinson?
Ahora bien, ¿por qué importa una buena microbiota intestinal cuando hablamos de enfermos de Parkinson?
Para responder a esta pregunta, hay que entender que, entre las personas sanas y los pacientes con enfermedad de Parkinson, existen diferencias en la microbiota intestinal. Estas diferencias pueden guardar relación con la enfermedad y su gravedad.
Hay diferentes estudios que han demostrado el origen gastrointestinal del Parkinson, así que no es una idea descabellada.
Por supuesto, hay que seguir investigando en esta dirección, porque podría suceder que la flora intestinal se vea alterada una vez aparece la enfermedad, en lugar de ser la causa.
Sin embargo, todo apunta a que es, precisamente, esta diferencia en la microbiota intestinal la que conduce a la aparición del Parkinson.
¿Qué puede suponer en un futuro para los enfermos de Parkinson esta relación?
Por supuesto, este conocimiento va a ser de gran ayuda para los tratamientos de Parkinson en el futuro. Y no sólo para su tratamiento, sino también para su prevención.
A fin de cuentas, si confirmamos que la microbiota intestinal está relacionada con la aparición del Parkinson, podremos desarrollar fármacos que propicien la aparición de esos microorganismos adecuados en el intestino, equilibrando la flora intestinal y haciendo que sea más difícil que aparezca la enfermedad de Parkinson.
Y, una vez ya ha aparecido, también se puede trabajar en mejorar esa flora intestinal, tratando de reducir los síntomas y evitando que la enfermedad avance a un ritmo elevado.
Por supuesto, para esto todavía queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, ya podemos ir intentando aprovechar este conocimiento hoy. Por ejemplo, tomando probióticos. De esta forma, podremos conseguir pequeñas mejoras (los probióticos, a fin de cuentas, daño no nos harán).
Como puede ver, existe una clara relación entre la microbiota y la enfermedad de Parkinson. Es por ello que recomendamos tener un buen cuidado de la microbiota para tratar de mantener el mejor estado de salud posible, especialmente (aunque no sólo) si ya se perciben los primeros síntomas del Parkinson.
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