“A los cuatro días de implantarme las agujas en las orejas, me levanté de la cama y podía desplazarme sin ayuda”
Estaba totalmente desanimada cuando mi pareja me habló de la terapia de la “Aguja Permanente” que había descubierto a través de Internet.
La medicación que me habían recetado para los fuertes dolores crónicos de espalda que padecía me había dejado sin fuerzas, sin energía y, lo peor de todo, sin ilusión.
El Parkinson se sumó en 2009 a los otros dos males que sufría: los fortísimos dolores de espalda debidos a varias roturas en los discos intervertebrales y las severas crisis propiciadas por mi epilepsia.
Hace un par de años que visité por vez primera el Centro de Medicina Neuro-regenerativa y hago balance de cómo la acupuntura permanente me ha devuelto el bienestar y la ilusión:
Cuando inicié el tratamiento, apenas podía pronunciar dos frases seguidas y necesitaba una silla de ruedas para desplazarme. A los cuatro días de implantarme las agujas en las orejas, me levanté de la cama y podía desplazarme sin ayuda. Mi vocalización, mi memoria mi concentración y mi energía se fueron restableciendo a gran velocidad e incluso no he vuelto a tener ataques epilépticos desde entonces.
Además, he podido eliminar la medicación para el Parkinson y la morfina que me suministraban para mis dolores de espalda pues estos dolores se han aminorado gracias al refuerzo en la musculatura que ha propiciado la acupuntura.