La recuperación de Enrique F., paciente de Parkinson tratado con Implantología Auricular hace cuatro años, es uno de los casos de éxito más reseñables dentro de esta terapia natural.
Firmando unos papeles en el banco, Enrique se dio cuenta de que su mano temblaba. Este hecho, sumado a cierta desviación involuntaria al caminar, le hizo pensar que algo sucedía…
En efecto se trataba de la enfermedad de Parkinson y, tras el diagnóstico, su médico le recetó levodopa como suele ser habitual en estos casos desde la perspectiva de la medicina convencional.
Sin embargo, este argentino de mente despierta nunca ha dejado de buscar remedios naturales para restablecer y/o fortalecer su salud.
Así, además de practicar deporte y hábitos saludables en general, seguía los consejos de un amigo veterinario -toda una eminencia en esta rama de la medicina- y comenzó, entre otros, a ingerir diariamente un preparado a base de hojas de ginkgo biloba.
Un shock que marcó un punto de inflexión en su vida
Enrique siempre pensó que el desencadenante de la enfermedad fue una dura situación a la que tuvo que enfrentarse en un momento de su vida y que le generó un importante shock pero su positividad y ganas de vivir le hicieron enfocar toda su energía en el presente y en la construcción de un futuro lleno de esperanza.
La vida le estaba retando con una nueva prueba de la que, sin duda, iba a salir victorioso.
Su esposa, un apoyo sin igual para él, fue quien localizó la terapia de la aguja permanente y le animó a probar con ella; una terapia alternativa, sin contraindicaciones, que quizá podría ayudarle a recuperar el bienestar.
Se desplazaron a Chile y allí fue atendido por los profesionales de Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, médicos expertos en este tipo de acupuntura auricular permanente (llamada así porque las agujas se colocan en el pabellón auricular de por vida) y pioneros en su aplicación.
Su mejoría no fue inmediata, como sucede en muchos de los casos tratados, sino paulatina pero no cesó de proporcionarle un creciente alivio de todos los síntomas hasta hacer del suyo uno de los casos de mayor éxito de la terapia vividos hasta hoy.
El momento clave en su respuesta al tratamiento con implantes auriculares se produjo al realizar los ejercicios de equilibrio que Enrique practicaba dos veces por semana en un gimnasio: la precisión en la ejecución de estos asombró a su entrenador personal y a sí mismo.
Su neurólogo fue el siguiente en constatar la increíble mejoría de Enrique, quien no le había querido informar de dicho tratamiento paralelo dado que esta terapia natural frente al Parkinson no presenta contraindicación alguna.
Quizá también movido por el hecho de que el entorno de la medicina convencional suele ser crítico con la medicina alternativa…
¡El tratamiento había logrado hacer desaparecer los síntomas! Un testimonio alentador para el resto de pacientes de Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas que Enrique, que ahora cuenta con 80 años, ha querido compartir a través de estas líneas.