Desde Centro de Medicina Neuro-Regenerativa recordamos que la enfermedad de Parkinson (ES) es neurodegenerativa, es decir, se produce por una degeneración neuronal que avanza progresivamente y no se puede detener. Esta enfermedad es debida a la pérdida o degeneración de las células de la así llamada sustancia negra, situada en el centro del cerebro. Esto lleva a la falta de producción de dopamina, un neurotransmisor que controla la coordinación de los músculos y permite llevar a cabo los movimientos con normalidad. Todavía no existe un tratamiento en la medicina tradicional que permita evitar esta degeneración neuronal. Por lo general, solo se pueden tratar los síntomas con fármacos. Sin embargo, sí se puede buscar un tratamiento alternativo. Hoy en día existen setas terapéuticas con efectos científicamente probados. A continuación, se explica cuáles podrían ayudar contra el Parkinson.
¿Existen las setas terapéuticas?
Ciertas setas (también llamadas hongos) se usan hace milenios para contener diferentes enfermedades, como en el tratamiento del Alzheimer, la regulación del azúcar en la sangre, fortalecer el sistema inmunológico, evitar las inflamaciones y hasta pueden evitar la aparición de tumores. De hecho, la penicilina procede de una seta y existen otras cuyos efectos curativos están probados científicamente.
Tipos de setas que te ayudarán a mejorar tu bienestar
¿Cuáles son estas setas y cómo ayuda cada una?
Reishi
Sin duda, es una de las más populares y su uso está cada vez más extendido. Su nombre científico es Ganoderma lucidum y destaca por su efecto antienvejecimiento, es antiinflamatorio, antidiabético y fluidifica la sangre (como el conocido Sintrom), lo que lleva a disminuir la presión sanguínea. También ayuda a la producción de sangre nueva, así como de proteger el hígado. Gracias a sus efectos antidegenerativos, podría utilizarse contra enfermedades como el Parkinson.
Melena de León
Contiene un principio activo llamado Hericium erinaceus, que estimula la producción del factor de crecimiento neuronal (NGF). Dicho factor previene la degeneración neuronal que produce el Parkinson y el Alzheimer. Al mismo tiempo, puede servir para tratar la ansiedad y la depresión, pues a menudo están causadas por un trastorno de degeneración neuronal. Sus efectos fueron comprobados científicamente por el doctor Chia-Wei Phan en 2015.
Maitake o grifola frondosa
Esta seta se utiliza en Japón como complemento del tratamiento del cáncer, por su contenido en nutrientes antitumorales. No se sabe si esto podría acabar con ellos definitivamente, lo que sí está constatado es que ejerce un ligero efecto antiinflamatorio y analgésico.
Shiitake
Este hongo (de nombre científico Lentinus edodes) es conocido por sus propiedades antivirales y antibióticas, ya que tiene un componente (lentinano) que favorece la producción de células T y la síntesis de inmunoglobulinas. Además, se ha comprobado que ayuda a regular el colesterol y los triglicéridos y parece aumentar la libido y la fertilidad.
Seta oruga
Su nombre científico es Cordyceps sinensis y tiene la propiedad de aumentar la vitalidad, la fertilidad, la libido y la capacidad respiratoria. Igualmente, hay investigaciones que demuestran que es efectiva en tratamientos de enfermedades renales crónicas. Retrasa los efectos del envejecimiento, por lo que puede ser útil para enlentecer el avance del Parkinson. En los animales, ya se ha comprobado científicamente que alarga su vida en un 16 %.
Enokitake
Esta seta (flammulina velutipes) es conocida por su delicado sabor y textura. Es antibiótica y antiviral. Refuerza el sistema inmunitario que responde ante la presencia de virus y bacterias, al tiempo que lo equilibra, evitando o minimizando las alergias. A su vez, un estudio científico llevado a cabo en Malasia en 2016, ha demostrado su efectividad antitumoral, antienvejecimiento, antiinflamatorio y antihipertensivo. Por su capacidad entontecimiento, también podría usarse contra el Parkinson.
Seta ostra
Esta seta (Pleurotus ostreatus) es conocida por sus propiedades para hacer descender el colesterol y los triglicéridos en sangre, además de tratarse de una seta sabrosa. Atesora potentes antioxidantes y es un buen protector hepático.
Champiñón del sol
Llamado científicamente Agaricus subrufescens Peck, esta seta es un excelente regulador inmunitario, en el sentido de que previene las enfermedades autoinmunes y las alergias. De hecho, las investigaciones médicas ya han corroborado que fomenta el equilibro entre las células inmunitarias Th1 y Th2, las responsables del correcto funcionamiento del sistema inmunitario y de que tenga una respuesta controlada.
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