Como en toda enfermedad, siempre habrá determinados factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de diversos síntomas o, por el contrario, factores de protección que harán que algunos de esos síntomas no lleguen a producirse. En el artículo de hoy le hablamos sobre los factores de riesgo del deterioro cognitivo en Parkinson.
En el caso de esta enfermedad, se pueden estimar unos nueve factores de riesgo modificables que pueden propiciar el deterioro cognitivo en la persona que lo padece. Aunque también ha de tenerse en cuenta que no todos los pacientes con Parkinson pueden manifestar dicho deterioro cognitivo.
Empezando con los factores de riesgo modificables más sencillos de cambiar, nos encontramos con el consumo de alcohol y de tabaco. Así pues, en todas aquellas personas que manifiestan la enfermedad de Parkinson, una de las primeras medidas será evitar su consumo.
Pues de no hacerlo, el riesgo de sufrir deterioro cognitivo en Parkinson podría dispararse. Para conseguir frenar el consumo de alcohol y tabaco, no debe desestimarse la opción de acudir a ayuda profesional, pues estamos hablando de un factor determinante que puede condicionar una mejor calidad de vida.
También se ha concluido que padecer una enfermedad cardiaca puede derivar en un posterior deterioro cognitivo. Para tener controlada la situación además de seguir a rajatabla las recomendaciones del médico, será muy beneficioso haber dejado el consumo de alcohol y tabaco como ya hemos explicado antes.
Asimismo, la obesidad es otro factor de riesgo modificable en Parkinson. Para estos casos, una buena alimentación basada en comida de calidad así como ejercicio de acuerdo a las posibilidades y morfología de cada paciente serán claves para mantener la obesidad a raya.
De esta manera, también estaremos luchando contra otro factor de riesgo: la enfermedad cerebrovascular, así como contra la diabetes mellitus, para la que será necesario un control exhaustivo por parte del médico especialista.
Otras situaciones frecuentes incluyen alucinaciones, hipotensión ortostática e inestabilidad postural y trastorno de la marcha, que pueden convertirse en factores de riesgo para los pacientes con esta enfermedad. Por este motivo, tanto el paciente, como los expertos y los familiares deberán trabajar juntos para paliar, modificar o anular en la medida de lo posible dichos riesgos.
Si estos riesgos son intervenidos a tiempo, los resultados en la salud y la disminución del riesgo de padecer deterioro cognitivo en pacientes con Párkinson son esperanzadores, tal y como concluyó un estudio de las universidades de Quingdao y Fudan, en China, y que fue publicado en la revista Movement Disorders.
Deterioro cognitivo y problemas conductuales
Mientras que muchas de las personas que tienen enfermedad de Párkinson no presentan deterioro cognitivo ni un detrimento en su memoria o pensamiento, hay algunas otras que sí pueden presentar problemas relacionados en etapas más avanzadas de la enfermedad.
Los problemas cognitivos más comunes en pacientes con la enfermedad de Párkinson tienen que ver con el mantenimiento de la concentración y la atención, la generación y el razonamiento rápido de ideas, la memoria en torno a eventos, seguir conversaciones complejas, la planificación de actividades o la resolución de problemas más elaborados.
Será indispensable determinar si se trata de problemas que afectan al paciente de forma leve y más puntual, o si ya pasa a ser algo de carácter más severo y continuado en el tiempo, incluso llegando a situaciones de demencia.
Si la enfermedad de Párkinson comienza a afectar a las áreas del cerebro encargadas de la atención, la memoria y el pensamiento, será cuando empiece a manifestarse dicho deterioro cognitivo, aunque no suele ocurrir hasta estados más avanzados o cuando el paciente sobrepasa los 65 años de edad.
Existen terapias alternativas que podrán ayudarle enormemente a paliar los efectos y a mejorar de forma notable su bienestar y su calidad de vida, como es el caso de la auriculoterapia avanzada o la implantología auricular.
La acupuntura permanente es un tratamiento alternativo, mediante la cual se estimulan de forma constante las neuronas con un implante que irá colocado en la oreja, a base de pequeñas agujas de titanio bajo la piel y en el cartílago.
En resumen, para asegurar el bienestar del paciente y su entorno, ha de considerarse muy seriamente el tomar medidas para neutralizar cualquier factor de riesgo que conduzca a un posterior deterioro cognitivo. Control, cuidado y comprensión. Esas son las tres palabras clave al lidiar con esta enfermedad.
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