A menudo pensamos en la enfermedad de Parkinson como una enfermedad del cerebro. Y, por supuesto, así es. Sin embargo, limitarse a estudiar el cerebro es un error. Hoy, en Centro de Medicina Neuro-Regenerativa, hablamos de las alteraciones gastrointestinales en la enfermedad del Parkinson.
¿Qué relación hay entre las alteraciones gastrointestinales y la enfermedad del Parkinson?
Lo primero que hay que dejar claro es que los síntomas del Parkinson se dividen en síntomas motores y síntomas no motores. Este segundo tipo incluye muchos tipos de síntomas diferentes, entre los que se encuentran los digestivos o gastrointestinales.
Incluimos en los síntomas digestivos todos aquellos que tienen su origen en el mal de Parkinson y que afectan de algún modo al sistema digestivo, en cualquiera de sus etapas. Por ejemplo, el babeo o la disfagia entran dentro de los síntomas gastrointestinales, tal y como lo hacen el estreñimiento, las náuseas o los vómitos.
¿Qué alteraciones gastrointestinales puede causar el Parkinson?
Como decíamos más arriba, el Parkinson puede causar diferentes alteraciones gastrointestinales, entre las que incluimos las siguientes:
- Hipersialorrea: En primer lugar, tenemos la hipersialorrea, que no es otra cosa más que el babeo. Es un síntoma común del Parkinson.
- Disfagia: Después, tenemos la disfagia, que es la dificultad para tragar. Aunque asociemos esto con la boca y la garganta, hay que decir que entra dentro de los conocidos como problemas gastrointestinales o digestivos.
- Cambios de peso: Los cambios de peso también son frecuentes en el mal de Parkinson, debido a múltiples razones (entre las que se incluye que el estómago y el intestino no absorban correctamente los nutrientes).
- Estreñimiento: Otro síntoma gastrointestinal típico del Parkinson es el estreñimiento y la dificultad para evacuar.
- Náuseas y vómitos: Las náuseas y vómitos también son un síntoma muy frecuente en el mal de Parkinson, por motivos de lo más variados (desde alta acidez hasta dificultad para hacer la digestión correctamente).
En definitiva, el mal de Parkinson puede causar una gran variedad de problemas gastrointestinales y hay que aprender a tratarlos para mejorar la calidad de vida del paciente, a la vez que se siguen tratando los demás síntomas.
Más allá de los síntomas digestivos
Sin embargo, la importancia del aparato gastrointestinal en el mal de Parkinson no acaba con los síntomas digestivos, sino que va más allá. En los últimos estudios, se baraja la posibilidad de que la enfermedad de Parkinson tenga su origen en el aparato digestivo.
Aunque hay que ser cautos, lo cierto es que los pacientes de Parkinson comienzan a sentir síntomas digestivos (como el estreñimiento) décadas antes de que aparezcan otro tipo de síntomas.
A partir de este y otros datos se está barajando la posibilidad de que el mal de Parkinson tenga su origen en el aparato digestivo o que, al menos, éste tenga un papel clave en la aparición de la enfermedad.
Tratamiento de los problemas digestivos en la enfermedad de Parkinson
El tratamiento de las alteraciones gastrointestinales en la enfermedad de Parkinson debe ser el que marque el médico, generalmente, para tratar los síntomas directamente (puesto que el problema subyacente es irresoluble).
Sin embargo, también pueden ser de ayuda ciertos tratamientos alternativos y complementarios a los médicos, como la acupuntura permanente y la auriculoterapia, que mejoran la calidad de vida y mitigan ligeramente los síntomas (también los digestivos).
Como puede ver, existe una relación entre las alteraciones gastrointestinales y el Parkinson. Por supuesto, hay mucho que investigar todavía y no hay nada en claro. Pero es una vía de estudio prometedora para avanzar en nuestro conocimiento de la enfermedad.
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